Lun 4 Sep 2006
Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es
Frederic Chopin
Fotografía: M. Fernández
La primera parte de este relato la podéis leer haciendo click aquí
Fue hace tres meses. No puedo atribuirme todo el mérito. En realidad, en el momento en que la lancé al cielo, el sol se sumergía ya en su acostumbrado baño de ocaso, y el apagado fulgor rojizo que desprendía al morir, se reflejó en mi obra, colmándola de matices que yo ni siquiera había podido imaginar. Me quedé asomado a la ventana de mi solitaria cabaña, paralizado, extasiado, henchidos los ojos de la belleza de lo que hacía pocos minutos era tan sólo una masa esponjosa y rebelde entre mis manos. Fue tan sólo un instante, por desgracia mi obra suprema surcó los cielos al atardecer, así que cuando el sol, indiferente a mi esfuerzo, le negó al cielo su luz, lo más maravilloso que jamás saliese de mis manos, se hizo invisible a mis ojos. El viento sur que sopló esa noche contribuyó a dispersar mi efímera obra maestra.
Seguí trabajando. Era mi obligación, pero el brío que hasta entonces animara mis manos, la fuerza que me movía a modelar sin descanso toda suerte de formas y de algodonosas abstracciones había desaparecido. Lo único que ocupaba mi alma y mi cabeza era la perfecta y caduca composición que lanzara al cielo ese mágico y maldito atardecer. Intenté repetirla, incluso obsesivamente, pero fue en vano, sólo formas anodinas y vulgares inundaban el día escapando de mis torpes manos, incapaces éstas de comprender cómo habían perdido su destreza.
Quince días después cedí por fin al cansancio y a la desesperación, moldeé un lecho entre las nubes que me han servido de materia prima todos estos años y tendiéndome en él, lloré. Lloré como el hombre que ha estado toda su vida persiguiendo una meta, y cuando de repente la alcanza, no era lo que él imaginara. Siempre pensé que el día que diese forma a mi mejor creación me sentiría completamente lleno y confortado. No ha sido así. Lo único que se me ha instalado en el pecho es un vacío desconsolado que sé que no seré capaz de llenar. El cielo, pues, no se merece mi decadencia.
Hace un mes, salí de mi cabaña y recorrí a la inversa el mismo camino que hiciera hace ya veinte años. Sobre mi cabeza, un telón añil sin la menor mancha me recordaba que no podía demorarme en cumplir mi misión.
Hace veinte días llegué a la ciudad. Después de veinte años sin el más mínimo contacto con seres humanos, volver a escuchar sus voces, a observar sus gestos, convertirme en espectador furtivo de sus cotidianos quehaceres ha sido desalentador. Uno no puede ser casi un Dios, y al día siguiente, pasar a pensar en la compra de cada día, y no añorar lo que ha sido. Sin embargo, encontré mi sustituto. Fue relativamente fácil. No me hicieron falta pruebas, no posee habilidades especiales, ni es un afamado artista. Simplemente me crucé con él en una esquina, se encontraron nuestros ojos y adiviné en él la misma pasión que me animaba a mí hace veinte años.
Hace tres días, abandoné, esta vez ya para siempre, mi olvidada y solitaria cabaña. Mi sustituto ha quedado trabajando, enfebrecido y feliz. No tengo más que levantar los ojos al cielo para comprobarlo. Es bueno, muy bueno. Llegará sin duda a ser mejor de lo que yo he sido. Cuando me alejaba montaña abajo, de la ventana de la cabaña surgió un castillo de nimbos, con las banderas a media asta, que interpreté como señal de homenaje y despedida. O tal vez solamente quise creerlo.
Hoy he vuelto a la casa de la que partí dejando la puerta abierta, aquel día en que se presentó ante mí Angel Cincel. No sabía bien qué es lo que debía decirte al tenerte enfrente. Cómo intentar que entendieses esta loca historia, o como conseguir que comprendieras por qué desaparecí de tu vida hace veinte años. Explicarte, tal vez, que no pasó ni un solo día en que bañado en mi mar de nubes no me doliese el alma de añoranza pensando en ti. No he sido capaz. Me he quedado inmóvil mirando por la ventana tu silueta al trasluz, me hubiese bastado llamar a la puerta para que mis ojos volviesen a ver tu cara, pero no he sido capaz. Simplemente me he alejado calle abajo, conservando tu rostro en mi memoria tal y como quiero conservarlo, teñido del rojo del crepúsculo, coronando un pedestal de cúmulos, tal y como se recortó contra el cielo cuando esculpí, hace ya tres meses, mi obra maestra.
5 de Septiembre, 2006 - 9:34
Espero que nunca escribas tu obra maestra para que no pierdas el gusto por escribir y nos sigas deleitando con historias como esta que, por supuesto, no es una obra maestra . Besitos mañaneros.
5 de Septiembre, 2006 - 10:49
El trabajo es precioso. El problema, según parece, es la soledad que impone.
Saludos
5 de Septiembre, 2006 - 10:51
Tal vez tuviste más obras maestras de las que crees. Yo recuerdo algunas que ni mencionas en este escrito. En febrero, por ejemplo, me hiciste volver sobre mis pasos para coger la cámara por aquella nube tan espectacular… que, por supuesto, no puede capturarse en un objetivo.
Tu sustituto es bueno, pero creo que no debiste retirarte tan pronto. La creatividad tiene sus ciclos y tras una obra maestra siempre llega una eteapa de silencio, o incluso torpeza. Sólo la pasión puede mantenerte ahi. el no poder vivir sin ello.
Creo que volverás. Creo que contruirás otra cabaña donde hacer tus nubes.
Un beso
5 de Septiembre, 2006 - 10:51
Lo que ha sido y ya no es. El mundo real y nuestros sueños. Todo eso también es nuestra vida. Encantador de serpientes. Y esta vez sí que eres tú, no el párrafo Es un placer perderse dentro de tus historias, como siempre… Besos
R.
5 de Septiembre, 2006 - 12:52
Y ahora a qué dedicarás tu arte? Espero que a escribir preciosos textos y dedicárselos a ella que, seguro que tampoco ha dejado de añorarte y, que habrá imaginado que algo muy poderoso te separó de su lado…
Precioso texto gabi. Un placer leerte.
Besos
5 de Septiembre, 2006 - 13:03
Creo que el viento del sur no la disperso .simplemente se enamoró de ella tanto que la ha paseado por todos los rincones donde hubiera ojos para apreciarla, comentan que no puede dejar de enseñarla .de echo yo creo haber visto algunas de tus obras maestras en el cielo de mi ciudad
5 de Septiembre, 2006 - 15:46
Gracias por tus nubes y tus palabras. A partir de ahora adivinaré en el cielo no sólo formas sino una sonrisa de su creador.
5 de Septiembre, 2006 - 17:05
Obras maestras dices si con cada relato que escribes te consagras, no es la primera vez que tus relatos hacen florecer lágrimas de mis ojos
eso digo yo que será por que trasmites como nadie no?
Besitos muchos.
Pd: Quería invitarte a un juego que tal vez te guste.
Es colaborar en un Tren de poesía.
Bueno en mi blog colgaré los datos
Muack.
5 de Septiembre, 2006 - 17:13
Acabo de abrir mi ventana. Un cielo muy azul, sin nubes, me saludó. Creo que es hora de comenzar mi trabajo.
Besos y sueños.
5 de Septiembre, 2006 - 17:28
Náyade: Mi obra maestra no está en papel, ni en un disco duro. Mis obras maestras tienen patas .
La Hormiguita: ¿Habrá un trabajo que compense tanta soledad?
a minuscula: Mi sustituto es buenisimo. De hecho hace pocos días contemplando una de sus obras decidí escribir esta segunda parte. No recuerdo esa nube de febrero, pero comprendeme. Eran tantas al cabo del día . Besos
River: Gracias ¿encantador de serpientes? Claro, por eso la vibora de mi mujer dice que está encantada conmigo )). (UPs. Me acabo de buscar un buen lio ). Muchos Besos
Trini: No creo que el protagonista del relato pueda dejar de crear. No sé si nubes pero… Besos
Adrià: Ojalá que fuese así, ojalá que el viento las conservase. Hay cielos, atardeceres, que deberían permanecer para siempre. Un abrazo.
La Chola: Gracias a ti por tu visita No dejes de mirar al cielo.
Darilea: Se hace lo que se puede . Gracias por la invitación, me pasaré a ver aunque la poesía y yo ultimamente nos miramos raro. Besos
Dudadesnuda: Si moldeas las nubes como moldeas las palabras va a quedar cielo precioso . Besos.
5 de Septiembre, 2006 - 20:01
La soledad del hacedor de nubes no sé sí tendrá recompensa, al menos yo le agradezco su trabajo de cada día, y te agradezco a ti que nos lo cuentes así de bien.
Un beso.
5 de Septiembre, 2006 - 21:47
La última parte me ha encantado… bueno.. todo.. pero ya sabes qe soy una romantica sin remedio.. (cada uno lo entiende a su manera…). Besitos de mariposa.. por partida doble.. imperdonable no habertelos mandado en el anterior post.. pero te los di igual eh?
6 de Septiembre, 2006 - 14:55
Yo creo que hacen falta muchos más creadores de nubes…fabricantes de sueños…vendedores de esperanza…predicadores de ilusiones…Gente que mira desganada al suelo ya hay mucha…yo prefiero mirar al cielo aunque a veces me tropiece con los bordillos jaja Bonita historia y el final es para reflexionar mucho…Ya estoy esperando tu próxima nube.Besos xx
6 de Septiembre, 2006 - 15:44
Creo que hace algo más de tres meses encontraste otro arte en el que volcar tu creatividad… y te queda bien lindo.
Ahora podrás dibujar, escribir y cantar para nosotros las nubes que antes moldeabas.
Oleadas de besos.
6 de Septiembre, 2006 - 16:44
Bueno, ahora ya sabes como se siente una artista en busca de su obra maestra, siempre buscado la perfección, será por eso que nunca dejo los cuadros terminados??????jajaja no quiero que sean perfectos porque sería el fin.
Besos a contraluz.
6 de Septiembre, 2006 - 16:53
Nunca se me había ocurrido pensar que las nubes, aunque de belleza emocionante, fuesen otra cosa que fenómenos meteorológicos. ¿O quizá sí?. Creo recordar que en mi infancia a veces, me parecían caballos al galope en el cielo.
Desde ahora las miraré de otra manera. ¡Que alivio volver a la niñez por un rato!
Gracias y besos.
PD: Yo no se tanto sobre tus retales. Mejor preguntales a los nietos del “tío Merino” y ” la Pascua”.
7 de Septiembre, 2006 - 12:09
o cuando el trabajo y la pasión del artista llega a la verdad de que la naturaleza se torna a veces inimitable…
Un beso!
7 de Septiembre, 2006 - 12:28
Miada: Yo creo que nada compensa esa soledad. Tal vez para los otros, no para uno mismo. Te agradezco tus agradecimientos Besos
Zarem: Romanticona tú?? Nooooo. Vale, los de este te convalidan el anterior. Estamos en pazz ). besazos
Susana: Decía Silvio Rodriguez: “Yo he preferico hablar de cosas imposibles porque de lo posible se sabe demasiado”. Pues eso, hablemos de lo imposible, creemos nubes, fabriquemos sueños… Besazos.
MAreablanca: Pues sí, va casi para cuatro meses que ando por aquí esculpiendo nubes. Y los que me quedan. Besos Besos
Pinto y Coloreo: Asi que nunca terminas los cuadros eh y dejás los trabajos a medias porque te recuerdo que me debes un “píntame esta noche” Besazos
Chocolate: Recuerdo que mi antecesor me habló de que le encantaba esculpir caballos, debieron ser esos los que viste por entonces. A mi sustituto creo que le encantan los trenes, las viejas locomotoras… pero seguro que algún día modela caballos. Estate atenta.
Les preguntaré. Muchos Besos.
Almena: Todavía no he visto ninguna obra plástica capaz de emocionarme como una puesta de sol. Besos.
7 de Septiembre, 2006 - 14:54
!!Hola Gabi!!
me he deleitado poniendome al dia con tus textos desde que regrese’ del pais de las neuronas…este en especial me ha dejado pensando en mil cosas y con pocas palabras para expresarlas…las nubes son mi fascinacion…las nubes barrocas que te dejan con ganas de lluvia, las que corren apuradas que usaria como los taxis de nueva york que te dejan en cualquier parte, las que te cuentan cosas con sus imagenes de animales o dragones…wow, el cielo, cada uno tiene su pedacito… ))
Oye, si te enteras que quedo’ vacante el puesto de hacedor de nubes o de aprendiz, por favor avisame…esa soledad no me asusta.
Que hermoso texto!!
Un abrazo
7 de Septiembre, 2006 - 15:14
“conservando tu rostro en mi memoria tal y como quiero conservarlo, teñido del rojo del crepúsculo…”
Averiguar en su día tu profesión oculta me llenó de alegría, curiosidad, de ganas de vigilarte, de aprender de ti, de recordarte siempre cuando miro el cielo…
7 de Septiembre, 2006 - 18:21
TICTAC: El cielo es en si mismo un cuadro vivo, hermoso y cambiante. Te tendré en cuenta para la próxima vacante pero creo que esta vez con la publicidad que le estoy dando al tema, va a tener que ser por concurso oposición, (ahora bien yo como el presidente del tribuna estoy abierto a cualquier forma de soborno ) ). Un beso.
Esencia: ) Anda que vaya desgracia te ha quedado si te acuerdas de mi cuando miras al cielo . Me alegra infinito que estés por aquí de nuevo, y por tu casa otra vez. Un beso grandísimo.
8 de Septiembre, 2006 - 4:37
Relatas de maravilla, ha sido un placer
gracias por tu visita y por permitir que ocurran aquí tantas palabras de vida
un beso
9 de Septiembre, 2006 - 14:19
A veces, medio en broma y medio en serio, digo que “la obra maestra” la terminaremos, justo en el acto de nuestra muerte… Quizá porque piense que cada ser humano es una preciosa obra maestra “virtual” en sí mismo, una obra que su razón, su inteñligencia, su corazón, su vida, sus elecciones, etc.moldean… A mí, querido Gabi, ajuzgar por lo que te leo, me agrada la tuya… Me agrada mucho.
Un abrazo entrañable.
Hannah
9 de Septiembre, 2006 - 15:59
Como siempre, me gusta tu estilo de escritura…no lo dejes de hacer nunca!
Saludos, Bro!
10 de Septiembre, 2006 - 18:42
Es un personaje fascinante tu hacedor de nubes, aunque su desarrollo me ha sabido a poco, y también el título del relato. Sin embargo, como siempre, eres perfecto en la expresión de sensaciones y sentimientos, y en la narración. Un saludo admirado.
10 de Septiembre, 2006 - 22:03
Hola Gabi, otra vez por aquí acompañándote. Parece que no hubiera pasado nada (sólo un tiempo de sillón y teclas en descanso), leo, te leo y pienso en esa sensación de tristeza al alcanzar una meta perseguida para comprobar una vez alacanzada que ya no es lo que buscabas porque todo lo que la rodeaba y le daba sentido ya no está. Hay quien le da un nombre y así me lo trasmitió a mí para que lo entendiera. Síndrome de la Copa de Europa del 92, deseaba ese triunfo para su equipo desde que era un niño y cuando este lo consiguió él ya no era un niño y no le importaba tanto ese triunfo porque otras cosas ocupaban su mundo. Se sintió feliz pero no podía disfrutarlo más que como una alegría tibia. Desde entonces cada vez que siente esa sensación la llama Síndrome CEP. No me ha pasado todavía, pero puedo entenderla y entender todo tu relato. Sentirte Gabi queriendo detener el tiempo y atrapar ese momento.
Mil besos por mil.
10 de Septiembre, 2006 - 23:56
El cielo es la obra maestra del abismo y el abismo lo es del cielo
11 de Septiembre, 2006 - 6:11
“Lloré como el hombre que ha estado toda su vida persiguiendo una meta, y cuando de repente la alcanza, no era lo que él imaginara. Siempre pensé que el día que diese forma a mi mejor creación me sentiría completamente lleno y confortado. No ha sido así. Lo único que se me ha instalado en el pecho es un vacío desconsolado que sé que no seré capaz de llenar. El cielo, pues, no se merece mi decadencia.”
“Todavía no he visto ninguna obra plástica capaz de emocionarme como una puesta de sol”.
Preciosas nubes; relicarios para palabras como las tuyas. Felicidades, Gabi.
“Me quedé asomado a la ventana de mi solitaria cabaña, paralizado, extasiado, henchidos los ojos de la belleza de lo que hacía pocos minutos era tan sólo una masa esponjosa y rebelde entre mis manos. ”
In
11 de Septiembre, 2006 - 11:44
Locaporlaluna: Gracias a tí. Espero seguir llenando este espacio de palabras por mucho tiempo. Besos.
Hannah: Me alegro infinito de que te agrade mi obra. He tenido que borrar y volver a empezar en algunas ocasiones, pero creo que no está quedando mal Besos
Gusgo: Nunca es mucho tiempo Seguiremos mientras yo mismo aguante lo que escribo. Un abrazo.
Tautina: A mi también me fascinó cuando empezó a nacer en mi cabeza. Reconozco que da para mucho más que para un cuento corto. Perfecto? gracias, ni me acerco
Melytta: Gracias por acompañarme. El ejemplo del síndrome CEP me parecen perfectos, de hecho también lo sufrí . “¿Cómo se pueden atar la palabras? ¿cómo se puede evitar que el tiempo pase feroz con sus alas y que nos haga olvidar?” Eso es de una canción de un tal Gabriel Martín que no tiene ni idea de como parar el tiempo el muy torpe. Besos.
sky4you: Pero para saberlo hay que haberse paseado por los dos. Gracias por la visita.
Insanity: Muchisimas gracias por tu “contemplación”. Estoy deseando coincidir contigo un día delante del ordenador. Un fuerte abrazo.
11 de Septiembre, 2006 - 18:53
“¿Cómo se pueden atar la palabras? ¿cómo se puede evitar que el tiempo pase feroz con sus alas y que nos haga olvidar?”
Por desgracia no conozco esa estrofa de G. M. ¡Con lo que a mí me gustaría escuchar esa canción! y otras muchas del mismo autor.
Creo que Silvio Rodriguez estuvo en San Sebastian, ¿te lo has perdido?
11 de Septiembre, 2006 - 22:32
Lo lei a las pocas horas de publicarlo y me dejó una vez más impresionada, porque relatas cada historia con tal belleza, que ya sea de final feliz, triste o ambivalente… da gusto chiquillo!
Nada, que no estoy muy fina ultimamente y no quería que comentar fuera puro trámite sin saber qué poner… pero un relato así tampoco podía dejarlo pasar sin darte mi enhorabuena a modo de un besazo sureño
12 de Septiembre, 2006 - 12:56
Chocolate: Esa canción y tantas otras del mismo autor, debido sobre todo a su gran pereza están sin grabar, así que como no sea en directo . La única vez que vi a Silcio en directo quedé bastante decepcionadillo así que…
Rocio: el mismo viento que deshace y hace espantapájaros es capaz también de alejar las nubes negras que a veces se le escapan a mi sucesor. Besazo recibido
24 de Enero, 2010 - 20:49
Solo las nubes guardan nuestros secretos, ellas nos ven cada día, aunque nosotros no las veamos, guardan en nuestro corazón los recuerdos magicos de un pasado feliz, esconderse para no olvidarlos, investigar para pensar si estuvo bien dejarlos ir, todo queda en ti, solo debes decidir si, realmente, te quieres ir.