Dom 20 Ago 2006
Para cuando haya que cambiar las reglas, habrá que acordarse de los que nadie se acuerda. Revisar el por qué, el cómo y el cuándo, quién decidió qué, y qué macabro croupier hizo girar esta absurda ruleta.
Para cuando sea tiempo de cambiar las reglas, habrá que hablar muy en serio, dejar las medias tintas en el tintero y poner todos los muertos sobre la mesa.
Para cuando llegue la hora de cambiar las reglas, tendremos que repartir de nuevo la baraja, eliminar cartas marcadas del tapete y hacer pagar duro las trampas al tramposo.
Cuando llegue el momento de cambiar las reglas, tal vez pueda alguien explicarnos de una vez por todas, a qué se debe este desastre, este lanzarnos al aire para vivir o morir según en qué parte del planeta caemos, este apocalíptico jinete cotidiano paseando su hambrienta calavera por tres cuartos del mundo, mientras en el otro cuarto, rebosan las estanterías de los nuevos templos comerciales de comidas light, bajas en quién sabe qué mierda.
Para cuando se acerque el día de cambiar las reglas tal vez puedan responder los amos de la guerra, y, mirando a los ojos a los muertos, explicarles que sólo fueron daños colaterales, al tiempo que les muestran, con pudor y arrepentimiento, sus atestadas cajas de caudales.
Para cuando llegue el instante de cambiar las reglas tal vez haya que dejar de numerar los mundos para empezar a hacer uno solo, obrar milagros y convertir en pan las bayonetas, dejar de hacer caridad para empezar a hacer justicia, mirarnos a los ojos unos a otros y, quienes debamos, pedir perdón por tantos y tantos siglos de vergüenza.
Pero me temo que tal vez no nos convenga, que no queramos acordarnos de los que nadie se acuerda. No sé por qué pensé que quizás, sólo quizás, podríamos querer cambiar las reglas. Al fin y al cabo tuvimos la suerte de caer de pie, en el lado bueno del planeta.
21 de Agosto, 2006 - 2:09
Hola Gabi, creo que esta vez soy el primero en escribirte…….eso debería ser un honor o indicar que a pesar de todo sigo siendo un búho nocturno con deberes……
A veces no sé si este mundo nuestro acabara por reventar y mandarnos a todos mas allá de Texas (ellos tendrán parte de la culpa y seguirán en pie), o es un mundo de colores y posibilidades, pero lo que está claro es que cuando llegue el instante de cambiar las reglas, que nos dejen a todos tiempo para asumir nuestras injusticias o las que pudiéramos haber evitado.
Como siempre un placer pasar por aquí……..
21 de Agosto, 2006 - 5:33
Una palabra: Corazón.
Gratitud siento por conocer personas como vos.
La nobleza solo existe en el alma.
Un abrazo, Gabi.
21 de Agosto, 2006 - 9:12
Tienes toda la razón, no creo que haya muchos que de verdad quieran cambiar las reglas, solo de boquilla. Es triste.
(Me cuesta muchísimo entrar aquí, hoy tampoco lo he logrado a la primera… ufff… )
Un beso
21 de Agosto, 2006 - 9:57
Gabi, me ha gustado muchisimo lo que has escrito, yo también me pregunto demasiadas veces, si esto un día va reventar.
Con tu permiso voy a dejarte unas palabras que escribí el otro día
si te molesta no tienes más que borrar mi comentario:
En el mullido sofá me maldigo
¡¡maltita suerte la mía!!
carente de más manos
para dar amor,
para proteger al humilde
de la desolación.
Para construir
un sueño sin cimientos
para hacer veredas de floridos
valles en su camino…
Maldigo mi suerte
mientras pasan los días
me arría a puerto
la cruel rebeldía…
Besitos y me alegro mucho de que hallas regresado.
21 de Agosto, 2006 - 10:54
Las reglas no van a cambiar. Bueno, mejor dicho, dudo que nosotros lo veamos… Pero ojalá que los que dirigen el garito fuesen como lo que habia ayer en tu txamizo. Que no txoko. Gracias.
Besos
R.
21 de Agosto, 2006 - 11:27
Desde luego que falta hace cambiar muchas, muchas reglas pero…¿quien le pone el cascabel al gato? y ¡que miedo el cambio! ¿no?. Si cada uno cambiamos un poquito nuestro pequeño mundo …(resulta muy tópico, lo sé, pero creo que es verdad). Besos.
21 de Agosto, 2006 - 13:03
Adrià: Yo lo que me temo es que no seamos capaces de cambiar las reglas. Que sepas, buho
, que estoy trabajando en lo que tú sabes. Me falta un poquito de chispa y sentarme un buen rato. Ya te iré contando
Un abrazo
Insanity: La nobleza te acompaña a tí por donde viajas I. La destila cada una de tus palabras. Un fuerte abrazo.
aminuscula:Bitacoras lleva unos días que parece querer cerrar por vacaciones. Hay que entenderle al servidor, tiene derecho al reposo
. Besos
Darilea: No solo no me molesta sino que me encanta que lo compartas. Me llamo la atención la frase de construir un sueño sin cimientos. Besos.
River:
) En mi “txamizo” ayer sólo había buenísima gente. Si los que dirigen el garito fuesen como alguno de los del txamizo cambiarían las bayonetas no por pan, sino por coliflores
Un besazo muy gordo.
Náyade: ¿Será que la verdad está en los tópicos? Sólo los que estamos en el lado bueno le tememos al cambio. Besos y más besos.
21 de Agosto, 2006 - 20:05
Difícil cambiar las reglas según nuestra voluntad, en efecto. Habremos, pues, de esperar a que cambien por sí solas, y desear fervientemente (aunque no sé si en determinadas circunstacias esto sería igualmente inútil) que lo hagan para mejor…
21 de Agosto, 2006 - 23:54
Justo veía ahora una película y el hombre del bando bueno le decía al hombre del bando malo que para qué peleaba, que dejaran las armas y demás puesto que sólo estaba cavando su propia tumba. A esto, el segundo respondió explicando que luchaba por tener una nueva nación, puesto que la suya ya no existía o estaba siendo destruida, cosa que el primero no entenderia jamás porque él si tenía un lugar al que siempre podría volver…
Sinceramente, pienso que por más que se hable del dolor de una guerra, en el lado en que no se sufre, ese dolor siempre tendrá un margen de indiferencia…
Besillos sureños Gabi
22 de Agosto, 2006 - 1:11
y sí.. cambiar las reglas. al fin y al cabo entre hombres las inventamos. al fin y al cabo, no está nada de bueno que con reglas escabrosas adelantemos el fin y el cabo de todo.. por qué abríamos de querer jugar ese juego?
22 de Agosto, 2006 - 13:23
Sólo podemos cambiar nuestro alrededor, nuestro día a día, y aún así, muchas veces nos cansamos al ver que las reglas nunca cambían. Todo esto sin agradecer haber caído en este lado, no sabemos casi nada del otro lado y lo peor no nos interesa mucho saberlo, miramos hacia el ombligo y seguimos caminando…
Un beso.
22 de Agosto, 2006 - 13:51
Tienes toda la razón, pero mucho me temo que las reglas seguiran tal cual por ahora porque los que tienen poder para cambiarlas viven muy bien con estas reglas…
Te felicito por tu manera de escribir este texto.
Besos
22 de Agosto, 2006 - 13:51
No se cambiarán las reglas porque al sector beneficiado no le interesa. Lo primero que hay que tener para vivir es suerte, menuda bienvenida más azarosa al mundo.
Pero queda la humanidad, y la nobleza, como bien dice Insanity.
El pájaro, el pequeño saltamontes, te saluda… jeje.
22 de Agosto, 2006 - 13:54
¿Y si las reglas cambiasen a peor?
No debemos ser autocomplacientes (yo soy “buena gente”). La ocasión hace al ladrón, dice el refrán. Mejor no bajar la guardia de uno en uno, porque es casi lo único que se puede hacer.
22 de Agosto, 2006 - 14:54
pocos recuerdan cuándo se crearon las reglas…
cuentan que fue un día de agosto, en una gran ciudad,
pilló a la mayoría de vacaciones,
cargados de sombrillas y bocatas de tortilla…
De los convocados sólo asistieron tres a la cita,
la señora A. Varicia, el señor Donpo Der y su hijo Donin Justicia.
Los tres se sentaron y no abrieron la boca ni para saludar, pusieron maletines sobre la mesa y un sobre por cabeza.
Besos primo, una vez más, un relato extraordinario
22 de Agosto, 2006 - 16:22
mmori: Siguiendo la fuerza le la inercia, que es la fuerza que en realidad mueve al mundo, creo que dejándolas cambiar solas, empeorarán. Un abrazo.
Rocio: Y un margen amplio rocio, realmente amplísimo. No hay más que ver como resulta que a qué lado de la línea que divide el mundo caiga un muerto, su importancia se multiplica por cinco. Los muertos son iguales en todos los sitios, ¿o no? Cuando olemos los cadaveres cerquita de casa es cuando nos damos cuenta de que está pasando algo. Profundos estamos hoy oyes. Besos de espantapájaro.
Microcosmos: Me temo que el problema está en que, en el fondo, a casi todos nos interesa como salieron las cartas.
Miada: Efectivamente. En descargo habría que decir que hay ombligos realmente preciosos. El mio no, por desgracia.
Besos.
Trini: Gracias, pero nos olvidamos que el poder, en realidad, lo tenemos nosotros. A ellos se lo prestamos. Besos.
Carlos: Quedan refugios, sí. Habrá que guarecerse en ellos hasta que escampe. Si lo hace. Un abrazo, amigo(¿has visto? sin apodos
).
Chocolate: Bienvenido. Más que una posibilidad es una realidad. De hecho, yo creo que lo están haciendo. Así que la guardia arriba.
Seleka:
) Hola prima. Es que esos tres se ponen siempre rápidamente de acuerdo. Mira lo que nos pasó por no estar atentos. Yo en mi disculpa solo puedo decir que mi bocata era de jamón, pero no se si sirve como eximente
. Besazos.
22 de Agosto, 2006 - 18:11
“Perdimos la guerra”, dijo el vencido y, el vencedor respondió: “Peor fue cuando perdimos la paz”. (Sergio Olarte)
22 de Agosto, 2006 - 18:25
Eh Duda. Se te olvido. Besos y qué más???
. Gracias por la frase
22 de Agosto, 2006 - 21:38
Besos y regresos
22 de Agosto, 2006 - 22:31
:) Así está mejor.
29 de Agosto, 2006 - 23:14
A veces me resulta dificil creer que otro mundo sea posible, pero quizás algun dia cambien las reglas, quizás algún dia sepa jugar con las nuevas reglas.
Un saludo
3 de Septiembre, 2006 - 23:32
Las reglas cambian, a cada momento, en cada instante…
Quien no tome partido, individual o colectivamente en el cambio de las reglas, es que está dejando que otros las cambien por él…
“Puede suceder que un día tengamos que preguntarnos Quien ha firmado esto por mi… Ese día puede ser hoy” (José Saramago, Ensayo sobre la lucidez)
Ese momento es ahora y hay que dar un paso al frente en el combate por las nuevas reglas! Pero algunos ya lo hemos dado, ¿no es cierto?