Había una vez un lobito bueno
al que maltrataban todos los corderos

José Agustín Goytisolo 

La soledad no está sola.
Tiene una legión de acompañantes
que son incapaces de darse compañía.
Por eso la soledad nunca está sola.

La libertad no es libre.
Hay millones de labios aprisionándola,
haciéndola suya, reclamándola,
obligándola a ceder su nombre.
No. La libertad no es libre.

La esperanza está desesperanzada.
A ella, que es lo último que se pierde,
la encantaría perderse.
Cansa ser el último refugio.
Agota tanta gente, desesperada, aferrándose a ti.
Por eso la esperanza no tiene esperanza
y se reclina en divanes de psiquiatras.

El hambre está saciada.
No tiene hambre.
Revienta de cadáveres que atrapa
entre sus dedos, pulcros y rechonchos.
Obesa, en su mantel de tierra seca,
el hambre come todos los días.

La verdad nos ha engañado desde siempre,
y la mentira es la única en quien podemos confiar,
porque ella es cierta, e inmutable, y siempre está.

Y además, contradictoriamente, hoy…
mis ganas de vivir están desganadas,
mi risa llora, y mi llanto se ríe a carcajadas.

Lo escribió Gabi y lo guardó en Noticias Breves