Dom 18 Dic 2005
“Partir de cero, mirar con ojos nuevos,
dejarse mojar por un tórrido aguacero.
Partir de cero, convertirte en un ser nuevo,
volver a disfrutar del sabor de un caramelo.”
Pedro Martínez
Hoy desperté con la extraña sensación de que ayer no era ayer, sino mucho más atrás en el tiempo.
No reconocí a la mujer que dormía a mi lado y salté de la cama asustado. Ella no se despertó. La miré despacio, estudiándola; había algo vagamente familiar en ella, pero no conseguía saber quién era, ni que hacía yo en su cama, ¿o ella en la mía?. Me asusté cuando incorporó la cabeza, me miró a los ojos con los suyos aún somnolientos, me sonrió y me tiró un beso. Luego, dejó caer la cabeza nuevamente sobre la almohada, y siguió durmiendo. Era una mujer realmente preciosa: morena, de cara y de pelo, rasgos suaves y proporcionados, sin duda mayor para mí. Dormida sin embargo, tenía el aspecto de una niña desprotegida, y daban ganas de acariciarla el pelo, y velar su sueño.
No tuve tiempo. Antes de posar mi mano sobre su mata de pelo negro, reparé en el espejo. Desde él me miraba con ojos de asombro y desconcierto, un perfecto desconocido. Era un hombre adulto, de unos treinta y tantos años, pelo largo absolutamente despeinado, como si se acabase de levantar de la cama. Me acerqué despacio mientras él hacía lo mismo, con tanto miedo como yo. Me encaré con él mientras seguía todos mis movimientos detrás de la frontera de cristal. Mi mano y su mano se movían al compás sobre la superficie del espejo. Este eres tú, me dije.
Me costó reconocerme, pero era yo. Algo más grueso, pequeñas arrugas alrededor de los ojos, estos enmarcados por pronunciadas ojeras, ¿más grande la nariz?. Me fijé en todos esos detalles de mí que no conocía y adiviné en mi propio rostro el paso del tiempo.
Ella despertó.
- Como te quedes mucho rato más embobado delante del espejo vas a llegar tarde.
Me di la vuelta.- ¿A dónde? - respondí. Graciosillo. -Respondió ella.
Iba a continuar hablando, a explicarle que mi pregunta no era ninguna broma, que estaba totalmente aturdido y que no entendía nada., pero me interrumpieron. Desde otra zona de la casa una voz infantil se apoderó de la conversación naciente.
- Papi, ¿puedo ir a tu cama?
Esperé durante un buen rato a que alguien contestase pero no hubo más que silencio. Al poco rato la voz volvió a sonar, esta vez más apremiante:
-¡¡Papii!!
Acerté a balbucear un sí, mientras interrogaba con la mirada a la mujer morena tumbada en la cama. Ella preguntó ¿qué te pasa? Nada, contesté yo, totalmente descolocado.
A los cinco segundos, por la puerta de la habitación aparecieron un niño y una niña pequeños; la niña, más mayor, tenía el pelo liso y largo y una cara de inocencia absoluta, se acercó a mí y me dio un beso, luego se abalanzó sobre la cama. El niño, casi con los ojos cerrados, caminaba aún medio dormido, dándole la mano a un oso de peluche. Me pidió que lo cogiese, extendiendo los brazos hacia mí y poniendo carita de pena. Era realmente precioso. Al cogerle, me sonrió con cara de pillo. Le llevé a la cama.
Me les quedé mirando a los tres, sin ser capaz de moverme, absorto en sus sonrisas y en sus palabras. Nuevamente fue ella quien me sacó de mi aturdimiento. - ¡Qué llegas tarde, vago!. Las palabras expresaban reproche, pero el tono de su voz reflejaba un cariño y una ternura que me abrumaron.
Salí de la habitación y encontré el baño. Me aseé. Regresé al cuarto y me vestí con la primera ropa que encontré rebuscando en los cajones. Mientras me vestía pensé que en algún momento de mi vida, el tiempo parecía haber empezado a correr como un caballo desbocado, y que ahora, parecía haberse detenido.
Ella se había levantado ya, los niños también se estaban vistiendo.
La pregunté: ¿Dónde tengo que ir?
Me miró. Yo me perdí en sus ojos. Ella me besó. ¡Mira que eres tonto! -dijo-. Y volvió a besarme. Yo supe en ese momento que me acababa de enamorar.
Fuimos juntos a la cocina, seguidos de los niños que discutían sin parar. Conseguí que dejaran de hacerlo, hablándoles, preguntándoles sus nombres. Ellos, extrañados al principio, pensaron que se trataba de un juego. Y me contestaron.
Me sorprendió su inteligencia y el cariño que parecían tenerme.
En algún momento pasó por mi cabeza que debía estar a punto de despertar de aquella pesadilla, ¿o era un sueño?. Cada minuto que transcurría me encontraba más a gusto entre aquella gente que parecía ser mi gente y, es curioso, pero no disponía en mi cabeza de ningún otro recuerdo. Nada que echar de menos. Nada que añorar.
Algo se abrió paso en mi cerebro, tímidamente al principio, claro y contundente luego.
Eran unos versos:
“Partir de cero, mirar con ojos nuevos,
dejarse mojar por un tórrido aguacero.
Partir de cero, convertirte en un ser nuevo,
volver a disfrutar del sabor de un caramelo.”
Y supe que todo estaba bien.
Y comencé a redescubrirlo todo.
Con ojos nuevos.
18 de Diciembre, 2005 - 18:53
¡Qué familiar me resulta la escena! Creo que es muy bueno partir de cero de vez en cuando para no caer en la rutina que tanto te agobia. Espero que haya un algo de autobiográfico en esta historia y…¡mira qué eres tonto! (con mucho cariño y mucha ternura, claro)
18 de Diciembre, 2005 - 19:18
Tengo una amiga que me enseñó a partir de cero, a disfrutar del presente, de cada segundo de la vida. Ella acababa de salir de un accidente que estuvo a punto de costarle la vida.
Saludos
18 de Diciembre, 2005 - 19:41
‘Ella se había levantado ya, los niños también se estaban vistiendo.
La pregunté: ¿Dónde tengo que ir?
Me miró. Yo me perdí en sus ojos. Ella me besó. ¡Mira que eres tonto! dijo. Y volvió a besarme. Yo supe en ese momento que me acababa de enamorar.’
Qué puedo decirte después de leer algo como esto?. Bienaventurado el hombre que acumula en su interior los elementos necesarios para rescatarse a sí mismo, cuando afuera el mundo parece deshacerse en infinitos pedazos de desesperanza.
Los que hacen valer la pena vivir son las bellas personas que vamos encontrando en el camino. Felicitaciones.
I.
18 de Diciembre, 2005 - 20:03
Lo intenté, un buen montón de veces, intentar empezar de nuevo… no me dejaron, rompian mi nuevo “proyecto” una y otra vez. Al final elegí virar en la próxima esquina y buscar otro comienzo.
Pero a pesar de todo, siento nostalgia de tus palabras.
Besos de una maia.
18 de Diciembre, 2005 - 20:12
Cada dia debemos reinventarnos frente a ese espejo. Sembrar ilusiones y sueños en nuestro día a dia, levantar la vista de nuestro precioso ombligo
18 de Diciembre, 2005 - 20:39
Ideas: Cada día es volver a nacer. A mi me cuesta bastante dejar de mirarme el ombligo porque le tengo realmente precioso.
Wen: Ese nuevo comienzo será un buen comienzo. A veces es imposible reinventarse.
Gracias Insanity. Me ha encantado lo de rescatarse a si mismo. Bienaventurado el que tu dices y los que tienden la mano para rescatarnos.
Reflejos: Una experiencia como la que dices lo hace ver todo diferente. Yo pasé por una parecida hace poquito.
Yo: ¡Tú si que eres tonta! ¿Familiar? ¿por?
18 de Diciembre, 2005 - 22:13
Detenerse mientras todo sucede, observando con la mirada lenta…”Volver a disfrutar del sabor de un caramelo”. Nada que añorar pero sí que disfrutar y vivir.
Un beso enorme
18 de Diciembre, 2005 - 23:39
Empezar de cero en el mismo lugar en el que has vivido… muy bonito cielo… yo empezaré de cero lejos de lo que ya he vivido, a veces no es posible hacerlo de otra manera. Gracias por compartir esa ternura.Besos
19 de Diciembre, 2005 - 10:33
Difícil a veces partir de cero, sin recuerdos que turbien el presente, sin pasado que agite el ahora…
Enhorabuena
Yo por las mañanas me lavo la cara con agua bien fria para facilitar a mis ojos una mirada clara y despierta, para que no se pierdan ni un detalle, los matices renuevan todo, incluso la rutina puede ser una caja de sorpresas.
Besos
P.D.: espero que haya sido metafórico, sino qué paciencia tienen contigo…jajaja. Que si no quieres ir a trabajar, hay otras excusas…
19 de Diciembre, 2005 - 10:49
Esencia: Nada que añorar porque lo tienes todo. Por lo menos todo lo necesario para estar bien. Besos.
Zarem: Donde sea, pero con los ojos nuevos. Y bien abiertos. Muac.
Seleka: Es metafórico . De todas formas la paciencia la tienen. Y mucha!. Besotes.
19 de Diciembre, 2005 - 12:21
Q bonito post!! Me ha encantado!! empezar de nuevo, eso quisiera yo, pero a veces es difícil aunque te lo propongas. A veces, las heridas del corazón son grandes y por más q intentas mirar hacia otro lado, sigues viendo esas cicatrices q aún hoy en día te lastiman. Empezar de nuevo… eso tengo q hacer y buscar mis ilusiones y sueños q quedaron pausados, los cuales necesitan volver al camino del q se perdieron.
De nuevo te digo q precioso post, hay en él muchísima ternura y como bien dice Zarem, es precioso el empezar en el mismo lugar de partida.
X cierto, tu comentario en mi blog, me ha hecho sonreir. Gracias!!
besos
19 de Diciembre, 2005 - 12:45
Que no exista un nuevo día, debiera de ser lo único que nos impidiese empezar cada día de nuevo
19 de Diciembre, 2005 - 15:04
Me resulta tan familiar la sensación… Hay veces cuando estoy entre dos sueños, en el umbral de la vigilia que creo escuchar a mi madre cacharrear en la cocina y yo sigo siendo la niña, en lugar de la madre, me despierto y todo lo que me rodea tan familiar me resulta desconocido como la imagen del espejo… el tiempo nos pasa llegando incluso a adelantarnos.
Vaya cambio… me gusta ese ojo que mira de frente.
Un beso.
19 de Diciembre, 2005 - 15:50
Que relato tan bonito.
Es cierto que a veces pasa que te sientes fuera de este cuerpo, y sientes una sensación rara, como de vivir en un tiempo futuro. O lo que es peor como vivir una vida que, comprendes en esos instantes, no era la que en principio te tocaba vivir y los hados estaban de broma ese día y zas ahí te dejaron en una casa, en una familia extraña…
Abrazos
19 de Diciembre, 2005 - 16:07
Diablilla: Partir de cero es imposible, pero el solo hecho de plantearselo es como coger carrerilla. Insisto en que la huella del camello era de verdad. Sin duda.
Estoy contigo Marea , y hasta que no haya un nuevo día que todos los demás hayan valido la pena. Abrazos.
Melytta: Gracias. Casi parece un ojo de ciclope, verdad? Al tiempo le encanta jugar con nuestro cerebro. Correr, pararse, adelantarnos, … El tiempo es un mal bicho. Besos varios.
Trini: Sí. A veces ayuda ver las cosas desde fuera. Porque desde dentro las cosas duelen, molestan,… Desde fuera ves todo más claro. Y además resulta que, últimamente, cada vez me gusta más lo que veo.
Un abrazo.
19 de Diciembre, 2005 - 17:57
Los días como las mareas, aunque parezcan la misma, están siempre cambiando y en constante movimiento…
19 de Diciembre, 2005 - 18:04
(Le enlacé, sin permiso, espero que no le importe porque no sé cómo lo he conseguido y no sé si podría arreglar semejante desaguisado. Usted es “cosas que pasan”)
19 de Diciembre, 2005 - 18:11
MareaBlanca: No sólo no me importa sino que me encanta que me echen el lazo
19 de Diciembre, 2005 - 19:36
os imaginais nacer de nuevo pero con la experiencia acumulada a lo largo de los años? empezar de cero pero con una reserva de sabiduría, de experiencias.
no es nuevo este tema,claro, pero me hiciste recordarlo, gabi
Una novela que habla de esto (y de muchas cosas más, aunque sólo una al fin y al cabo:el amor) es “La insoportable levedad del ser”. Sin duda alguna, es mi novela preferida de todas las que leí hasta ahora.
un abrazo!
19 de Diciembre, 2005 - 22:26
Solo puedo decir que me has puesto la piel de gallina. Uffff, cuanta razón tienes, cuanta!!!!!
todo se pued emirar con otros ojos para redescubir que aquello que tienes realmente es lo que quieres y no con lo que te conformas.
1besazo enormeeeeeeeeeee
19 de Diciembre, 2005 - 22:41
Leo: En “La insoportable…” el señor Kundera se sale, y la película también está muy bien. Lo mismo con más experiencia?. Intuyo que en muchas cosas volveriamos a meter la pata. Un abrazo.
Ammalur: De eso se trata. Odio con todo mi alma el verbo reflexivo “conformarse”. Ese y “Resignarse”.
Me encantan los besazos enormeeeeeeeees
Gabi 19-12-2005 22:37:26
20 de Diciembre, 2005 - 12:25
Gracias.
Le dejo echado el lazo ” con nudo marinero”..
;)
21 de Diciembre, 2005 - 20:08
Una historia o sueño precioso…
Un beso.
22 de Diciembre, 2005 - 1:51
Vaya cosa bonita de relato chiquillo!!!!
Esos momentos de ‘quieto ahi parao to el mundo!’ y mirar a los ojos a alguien… pensar… ‘en que puñetero momento te instalanste en mi vida!!!?’, o mejor… ‘en que momento te volviste indispensable?!’
Qué cálida escena Gabi… sueño con un momento idéntico a ese en mi vida
Hoy, mas que besos, mis felicidadess desde el surrr jeje