Dom 20 Nov 2005
La nostalgia y la tristeza suelen coincidir
Enrique Urquijo
Desembarcamos al anochecer.
Como los malos sueños.
Como las peores pesadillas.
Apenas hicimos ruido al saltar al agua, ninguno de nosotros habló, era imposible que nadie escuchase más allá del monótono devenir de las olas besando la arena.
No encontramos ninguna defensa.
Si él hubiese estado atento a las señales de los días previos a la ofensiva, tal vez hubiera podido detenernos, pero no fue así, y no hallamos ninguna resistencia prevista entre la playa y la fortaleza.
El ataque había sido perfectamente planificado, al fin y al cabo, habíamos tenido tiempo de sobra desde la última contienda. Dejarnos escapar entonces fue su gran error. Pensó, al vernos huir, que todo estaba hecho, que no éramos ya rival para él, que no merecía la pena ensañarse con nosotros y exterminarnos. Hizo mal. Nosotros volvemos. Siempre volvemos. Él debería haberlo sabido.
Fue fácil, centinelas durmiendo empapados en alcohol, el puente levadizo bajado, nubes tapando la luna y ocultando todos nuestros movimientos. Y nosotros, perfectamente coordinados, haciendo lo que mejor sabemos hacer, disfrutando con nuestro trabajo. Él ya no lo esperaba.
La fortaleza fue nuestra en un abrir y cerrar de ojos, a sangre y fuego, sin piedad y sin perdón, sin prisioneros.
Ahora estamos festejando la victoria y él; él sólo llora y gimotea como un niño pequeño. Tal vez mañana reúna nuevas fuerzas y consiga expulsarnos durante una temporada. Tal vez. Pero esta noche es nuestra y ningún exorcismo le librará, ninguna táctica que emplee le valdrá para nada. Esta noche es nuestra, y él lo sabe.
Los recuerdos somos así.
Siempre esperamos agazapados.
Siempre estamos al acecho.
Siempre volvemos.
Siempre.
20 de Noviembre, 2005 - 23:51
Tristemente bello. Necesitas refuerzos para la lucha?
21 de Noviembre, 2005 - 10:08
Los refuerzos son siempre bienvenidos.
21 de Noviembre, 2005 - 11:49
Es imposible ignorar o tratar de olvidar los recuerdos del ayer…se hacen presentes en cada suspiro. Saludos
21 de Noviembre, 2005 - 17:58
Los recuerdos nos asaltan así, en guerrilla, cuando menos te lo esperas, emboscados tras una ventana o disimulando al doblar la esquina. A veces es mejor tomar un camino más largo para evitar las punzadas que bajan como pájaros enloquecidos desde aquel balcón en el que el viento agita una blusa conocida.
Un abrazo.
21 de Noviembre, 2005 - 18:10
No lo dudes, la nostalgía y la tristeza son inseparables hermanas.
Un abrazo.
Gracias por comentar mi Blog.
22 de Noviembre, 2005 - 0:05
La nostalgia de quer y la tristeza de no encontrar…siempre unidas, siempre.
22 de Noviembre, 2005 - 13:11
Nos acechan dias “D”. Se avecinan noches de recuerdos tan “tristes” y tan “nostálgicos” y yo soy tan mal estratega…
Ya que me falta valor para pactar una tregua con ellos… al menos que me encuentren dormido.
Un saludo
22 de Noviembre, 2005 - 16:18
Supongo que todos tenemos recuerdos “perros” que nos muerden el alma en cuanto estamos con las defensas bajas. Yo estoy aprendiendo a domesticarles. Procuro tirarles “palos” cada vez más lejos, hasta que un día, vuelvan tan cansados que ya no quieran doler.
Un abrazo a todos.
29 de Noviembre, 2005 - 11:28
Jo, vaya manera de escribir chiquillo… das vida a lo que parece no tenerla ;P
25 de Agosto, 2006 - 5:57
dolorosamente real, casi tanto como hermosamente real
25 de Marzo, 2010 - 22:25
que bonita