Sabes que has sido para mí algo importantísimo, que cuando estaba realmente caído, el enfrentarme a ti día a día, párrafo a párrafo, sacó lo mejor de mí, y me fui levantando. Al mismo tiempo, me fuiste llevando por caminos secretos, en los que descubrí que había más gente que, como yo, intentaba encontrarse, en este océano de letras y esperanzas. Me tendiste una mano y me hiciste sentir otra vez bueno. Sí, bueno y bello. Descubrí que llevaba la marca, y que era capaz de esculpir las nubes, y de alzar escaleras, y también, si hacía falta, de convertirme en agua. Descubrí de nuevo que era capaz de emocionar, de hacer reír y de hacer llorar, y así sentía que, cuando otros caminantes se asomaban al umbral de nuestra casa, yo ya nunca lloraba solo, ni reía solo.
Has sido muy importante para mí. Por eso ahora, prefiero serte sincero, y dejar que descansemos el uno del otro, porque elijo dejar de verte a convertirte en algo mecánico, hecho por obligación. Porque prefiero que descansemos antes de que desaparezca la magia que te impregnaba.
Y es que ahora, una señora me mira, con su boca de madera abierta de asombro, me mira y me reclama con sus largos dedos sonoros, y me exige todo lo que pueda darle; y es celosa esta señora, y posesiva hasta el extremo, y ahora mismo me quiere por completo, y debo darla el poco tiempo de que dispongo para practicar alquimias.
Puede que dentro de un tiempo, tal vez corto, si mi unión con esta señora consigue engendrar magia, quizás entonces vuelva por aquí de nuevo y la esparza.
Así que no me olvides, porque pienso volver más pronto que tarde.
No me olvides.
Esto no es un adiós, ni un hasta luego.
Es tan sólo una pausa…

Gracias a todos los que os asomasteis por aquí, por leer, por sentir, por pensar y, a veces y sobre todo, por llorar conmigo, cuando hubo que llorar.
Recordad. Es tan sólo una pausa.

Lo escribió Gabi y lo guardó en Noticias Breves